La estructura y dinámica del mercado eléctrico en el país refleja el carácter concentrado de nuestra economía, como parte de la concentración de grandes conglomerados y capitales que impulsan la competencia monopólica y oligopólica antes que la llamada libre competencia, es decir, compiten para acumular capitales, buscar nuevos mercados, materias primas y mayores tasas de ganancias. Así, a pesar de operar muchas empresas en la actividad eléctrica, sólo unas cuantas tienen la mayor participación en la producción (generación) de electricidad, venta de energía eléctrica, captación de clientes, etc., obteniendo altos ingresos y jugosas ganancias en una competencia voraz entre empresas que forman parte de grandes grupos de poder en el país y a escala mundial.

Quienes están detrás como empresa matriz, accionistas y socios de estas compañías eléctricas que lideran la concentración del mercado con una rentabilidad extraordinaria son grandes capitales que “compiten” a nivel mundial logrando una mayor concentración de capitales en la actividad eléctrica, a nivel regional y en nuevas áreas de inversión (integrando actividades y negocios como el de las energías renovables), expandiendo aún más sus capitales a través de subsidiarias o creando empresas relacionadas (diversificando sus inversiones entre minería, energía e infraestructura por ejemplo), a quienes les respaldan financiera y tecnológicamente; mientras las matrices se alimentan de la transferencia de las remesas al exterior de las utilidades que se obtienen internamente en el país, que en muchos casos no pagan impuestos, lo evaden o son exonerados por el Estado.

Las empresas de generación eléctrica en el país aprovechan también los bajos costos del gas como fuente para la generación eléctrica y junto a las empresas de distribución eléctrica aprovechan los mecanismos de reajustes de precios que se cargan al consumo doméstico (cliente regulado), además de asegurarse la segmentación monopólica en la distribución eléctrica como Luz del Sur y Enel Distribución en Lima, se aseguran también los ingresos y ganancias en sus operaciones mediante los contratos directos con los llamados clientes libres que se fueron incrementando, de 250 clientes en el 2015 a más de 1,900 en el 2022, permitiéndoles competir en rentabilidad con las grandes mineras del país, habiendo salido robustecidas en medio de la recesión y crisis por el covid 19.

¿Quiénes lideran el mercado eléctrico?

En el 2021, de un total de 64 empresas de generación eléctrica registradas por el Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), cinco empresas controlan el 61.74% de la generación de electricidad: Kallpa Generación (17.11%), Electroperú (13.06%), Enel Generación (12.8%), Engie Energía Perú (12.43%) y Fénix Power Perú (6.35%). El mismo comportamiento se repitió en el 2022, donde cinco empresas concentran el 62.6% de la producción, liderado por Kallpa Generación (18.11%), seguido de Enel Generación con el 12.49%, la estatal Electroperú participa con el 12.28%, Engie Energía Perú concentra el 12.26% y Fénix Power Perú con el 7.45%.

En cuanto a las ventas de energía eléctrica del 2021 por GigaWatts hora, seis empresas concentran el 66.57% de las ventas: Enel Distribución (13.98%), Electroperú (12.46%), Luz del Sur (11.67%), Kallpa Generación (9.94%), Enel Generación (9.46%) y Engie Energía Perú con el 9.06%, siendo la primera y la tercera, empresas de distribución eléctrica.

De manera similar ocurre con las ventas acumuladas de enero a diciembre 2022, donde las primeras seis empresas concentran el 66.46% de la participación en las ventas, liderados por Enel Distribución, Electroperú, Luz del Sur y Kallpa Generación, respectivamente.

Competencia entre grupos

Analizando las participaciones en la generación y venta de energía, por grupo económico, la radiografía de la concentración eléctrica es mayor, es decir solo unas cuantas concentran la participación en la generación de electricidad, así como en las ventas de energía, lo que incrementa cada vez más sus ingresos y ganancias no solo de las empresas sino del grupo empresarial al cual pertenecen. Osinergmin pasa por alto esta situación pues la llamada ley antimonopolio y oligopolio del sector eléctrico (Ley 26876) ha resultado un saludo a la bandera, porque si bien prohíbe la integración horizontal (en un mismo negocio) e integración vertical (participar en la generación, transmisión y distribución), igual se tiene la presencia de empresas relacionadas y subsidiarias de grupos empresariales en las diversas etapas de la actividad eléctrica, que superan los parámetros establecidos en el artículo 3 de la citada ley. En la norma se habla de una regulación “previa” de las posibles integraciones entre titulares pero en los hechos sucede una concentración por grupo empresarial.

La evidencia empírica en este mercado nos demuestra que la libre competencia sólo es un ideal académico. Con la transferencia de los activos públicos hacia los privados y particulares, se han ido concentrando y centralizando los capitales y la riqueza patrimonial en unas cuantas empresas ligadas a un mismo grupo empresarial. La privatización del sector eléctrico desde 1994, durante la dictadura del fujimorismo, trasladó el monopolio estatal hacia los privados y capitales estatales foráneos; destacando que las ventas de los activos del Estado en ElectroLima, Electroperú y otras empresas regionales como la venta de Egenor (1996), Electo Norte (1998), la privatización de Electroandes en el 2001, fueron de forma subvaluada.

En este proceso de transferencia de riqueza se debe sumar las compras, transferencias, fusiones y adquisiciones que los conglomerados del mercado eléctrico internacional han ido realizando para adquirir empresas eléctricas en el país y concentrar más sus capitales en este mercado, de allí la presencia de transnacionales eléctricas líderes del mercado mundial que operan en nuestro país. Así en la producción interna de electricidad tenemos que el Grupo Inkia Energy – Nautylus Energy (EEUU) tiene una participación el 18.12% en la generación eléctrica a través de las empresas Kallpa Generación y Samay, le sigue en importancia el Estado Peruano mediante las empresas del FONAFE (17.8%): Electroperú, Egemsa, Egasa, San Gaban y Egesur. El Grupo Enel del Estado Italiano, que hoy se está vendiendo por partes, participa con el 17.35% con las empresas Enel Generación, Enel Green Power, Chinango Perú y Enel Generación Piura; en cuarto lugar, tenemos al Grupo Engie de capitales del Estado francés participando con el 12.26% (con Engie Energía Perú), sigue la Familia Matte de Chile con el 7.45% y el gigante Three Gorges Corp. del Estado de China Popular tiene el 4.5% a través de Empresa Generación Huallaga e Inland Energy SAC.

Con la venta de Enel Distribución el Estado Chino pasa a tener una presencia privilegiada en la distribución eléctrica, mientras al otro extremo se mantienen en incertidumbre los trabajadores de las empresas eléctricas próximos a ofertarse

Presencia del Estado

Al comparar la producción de electricidad por grupo económico, los que pregonan el liberalismo no dicen nada de la presencia de capitales públicos de Estados foráneos en las empresas matrices de las compañías que operan en el país. Así tenemos la presencia del Estado francés, italiano, noruego, colombiano (Grupo ISA), de China Popular, al parecer para los defensores privatistas dichas inversiones no son “per se” ineficientes ni fuentes de corrupción.

La presencia estatal en los diversos sectores de la economía en el llamado mundo globalizado es amplia y que amerita escribir un artículo aparte para mostrar su participación no solo en la actividad eléctrica, sino en las diversas actividades económicas del país y en el mundo; es que la presencia, participación y rol que juega el Estado en la economía siempre ha sido sustancial, de manera directa e indirecta para que los privados incrementen su riqueza patrimonial y cuando entran en crisis sea el Estado esa mano invisible que les salve de la bancarrota, como sucede con el Credit Suisse (quincena de marzo del 2023) que después de dos años de crisis el Estado Suizo a través de su Banco Central ha salido a su rescate, de igual forma como sucedió en la recesión-crisis financiera del 2008 con el rescate de los bancos norteamericanos por más de US$ 700 millones mediante la Ley de Estabilización Económica de Urgencia de 2008 del gobierno de George W. Bush., siguiendo una secuela de rescates de bancos desde el Estado en los principales países europeos.

Gracias a la intervención estatal, por ejemplo, EEUU logró superar el crack de 1929 con el “New Deal” y los países industrializados después de la segunda guerra mundial lograron su reconstrucción, de allí que se mantengan hasta ahora las gigantes empresas públicas de Europa que vienen a invertir en países como el nuestro. En el caso de las empresas del Estado Chino de Mao Tse Tung después de las contrarreformas sociales y económicas de Teng Siao Ping para restaurar el capitalismo en el gigante asiático hoy están en proceso de desplazar el liderazgo mundial a los Estados Unidos, de allí la presencia agresiva de las inversiones chinas en nuestro país en la actividad minera, petrolera, electricidad, servicios de comunicación, entre otros negocios.

Sobre la Venta de ENEL en el Perú

¿Cómo se reordenará el mercado eléctrico en el país tras el proceso de venta de los activos del grupo Enel de Italia en el Perú y América Latina?

Esta decisión de venta de los activos de Enel no es casual ni improvisada, pues el endeudamiento que argumentan sus ejecutivos para desprenderse de sus activos se explica por las compras e inversiones que han venido realizando desde antes de la pandemia del Covid-19 para orientarse al negocio de las energías renovables y que la guerra Rusia-Ucrania impulsó aún más esta decisión para no depender de las energías fósiles. En Italia estuvieron adquiriendo nuevas centrales eléctricas en las subastas de energía renovable que el gobierno italiano ha realizado entre el 2020 y 2021.

Como lo advierte la Agencia Internacional de Energía (diciembre 2022) “la expansión de la energía renovable sucederá a un ritmo mucho más rápido en los próximos cinco años de lo que se pensaba hace un año; (…) la guerra de Rusia está marcando un punto de inflexión para la transición hacia la energía limpia en Europa”.

Debe verse también los efectos de la crisis internacional, los riesgos de la recesión y las proyecciones de menores tasas de crecimiento de los países europeos y China para el 2023, como ya lo advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI) a través de su Consejero Económico y director, Pierre-Olivier Gourinchas: “lo peor está por venir”, y así está sucediendo, véase el caso del colapso de Sillicon Valley y Signature Bank, donde la Reserva Federal de EE.UU. están preocupados por evitar que se genere un “efecto contagio” en el resto de la industria bancaria, de allí el rescate del First Republic Bank por más de US$ 30,000 millones.

Es en ese contexto que las empresas eléctricas a nivel mundial están de feria: unas compran, otras venden, unos ganan otros pierden, unos se expanden otros reducen su participación en el mercado, muchos son desplazados o quiebran y unos pocos se consolidan, esa es la lógica del sistema para acumular capitales, que en el actual escenario de crisis internacional significa la mayor concentración del capital. No solo ENEL está reordenando sus inversiones, pues recordemos que a finales del tercer trimestre del 2022 el fondo de Inversiones I Squared Capital, los dueños de Kallpa Generación, a través de Inkia Energy anunciaban que evaluarían la venta de sus activos en América Latina (incluido el Perú). La empresa estatal “China Three Gorges”, dueños de Luz del Sur, en diciembre 2022 compraba en España a la empresa Aldesa tres proyectos fotovoltaicos que entraría en operación a finales del 2023. También la empresa líder alemana EON transfirió su negocio de energías renovables a RWE por más de 20,000 millones de euros en el 2019; en la misma línea está el anuncio de la nacionalización total de Électricité de France SA – EDF (líder en ingresos entre las empresas de energía según Forbes), pues el Estado francés tiene como objetivo orientarse a la construcción de nuevos reactores nucleares.

No olvidemos tampoco que en el mercado interno a inicios del 2023 el grupo familiar Rizo Patrón concluyó la compra a la familia Larraín (de Chile) la empresa Termochilca, a través de Celepsa, con lo cual incrementaría su participación en la generación eléctrica como grupo empresarial y pasaría a competir con el Grupo China Three Gorges por el quinto puesto. Tenemos el caso ISA de Colombia, controlada por la empresa estatal Ecopetrol, cuando a fines de agosto del 2020 adquirió Orazul Energy que estaba bajo control de Inkia Energy, propiedad de diversos fondos administrados por I Square Capital Advisors (US) LLC.; después de esta compra ISA de Colombia integró su actividad de transmisión eléctrica con la generación y alcanzó una participación por encima del 4% en la producción de electricidad superando a Stakraft Perú SA, de propiedad del estado noruego. Como se observa entonces los reacomodos empresariales y de grupos es una constante en este mercado, por lo cual no es una sorpresa el proceso de venta de los activos de Enel en el Perú.

Tras el anuncio de la venta de los activos de Enel en el Perú a finales del 2022 estimaron el valor de los activos en US$·5,000 millones si la venta era en bloque (la generación y distribución eléctrica). Sin embargo a finales de febrero del 2023 se anunciaba que el Estado Chino a través de Southern Power Grid, con presencia en el mercado eléctrico de Chile, evaluaba adquirir sólo el negocio de la distribución eléctrica y el 07 de abril del 2023 se anuncia el contrato de venta por US$ 2,900 millones por el 83.15% de las acciones de Enel Distribución Perú SAA, que incluía la venta del 100% de Enel X Perú; y, pensar que la privatización de la distribución eléctrica de la zona norte de Lima en julio de 1994 fue por US$ 176.49 millones. A la espera de que Indecopi apruebe el acuerdo de venta, Southern Power Grid se estaría asegurando los ingresos de un negocio monopolizado para la venta de electricidad en el mercado de Lima Norte y las ventas a los grandes clientes libres del país (empresas comerciales, industriales y mineras, entre otras)

Consideremos además la decisión de los directivos de Enel Perú para fusionar las empresas Enel Generación y Enel Green Power, que estará concluida a fines de junio del 2023 para luego venderlas, haciendo más atractivo para los postores y elevaría el valor de los activos del negocio de generación. No se descarta la llegada de capitales franceses o que la China Three Gorges (dueños de Luz del Sur) aprovecharía para expandir su participación en el mercado eléctrico del país, lo cierto es que se reordenará la estructura del mercado y por ende cambiaran los rostros de quienes lideran la producción (generación) y distribución de electricidad.

Con la venta de Enel Distribución el Estado Chino pasa a tener una presencia privilegiada en la distribución eléctrica, mientras al otro extremo se mantienen en incertidumbre los trabajadores de las empresas eléctricas próximos a ofertarse, no solo por saber quiénes serán los nuevos dueños sino por saber cómo será su situación laboral en cuanto a estabilidad, salarios y condiciones de trabajo. Además existe un riesgo en la subida de las tarifas para el consumidor eléctrico (tanto de los clientes regulados y libres) al haber un monopolio del Estado Chino en la distribución eléctrica, es por ello que los representantes de la Sociedad Nacional de Industria (SNI) cuyos agremiados son los principales clientes libres del mercado eléctrico, están pidiendo que Indecopi analice todas las aristas que implican una concentración en la distribución de la energía eléctrica para el mercado de Lima porque al final los consumidores tendrían que pagar precios excesivos por la energía eléctrica.

Nuevamente entra en debate el rol del Estado, en este caso para regular los posibles abusos de una evidente concentración eléctrica en ciernes a manos del Estado de la República Popular de China; ¿aprobaran el acuerdo de venta de Enel Distribución Perú? Se niega la participación estatal activa en la economía estableciéndole un rol subsidiario (art. 60 de la Constitución Política del Perú) pero se permite la presencia empresarial de Estados foráneos en nuestra economía.