Una de las primeras cosas que la prensa internacional ha destacado fue la rapidez con la que las Instituciones del Estado reaccionaron frente al intento de (o breve) golpe de estado. Esto indica que las instituciones funcionan aún (la acción profesional del FFAA y la independencia de la Fiscalía de la Nación).
Otro elemento es la interpretación que el Congreso de la República le dio a la caída del Castillo como un triunfo propio en la pugna entre el Ejecutivo y el Legislativo. Si bien, al final del día la ciudadanía se sintió aliviada (pero no contenta), los congresistas celebraron. Lo que los espera una parte de la ciudadanía (un sector reducido, por cierto), que podría calificar de «Ilustrada» es la presidencia de Dina Boluarte sea de transición y que tenga dos puntos centrales en su agenda, a saber, que se implementen las reformas políticas de la Comisión Tuesta y que se convoque a elecciones generales con las nuevas reglas de juego. Lo que busca en cambio el Congreso, es una presidencia dócil a sus intereses y seguir hasta el 2026. Pero, el sector más grande de la ciudadanía espera que la economía mejore para seguir trabajando y que el Ejecutivo y Legislativo hagan lo suyo para enfrentar los desafíos como la sequía producida por el fenómeno de La Niña.
Una cosa que hay que entender es que el Congreso tiene una composición muy particular: su núcleo más poderoso e influyente está compuesto por agentes que tienen las siguientes características. Se trata de líderes políticos regionales que expresan los intereses de una burguesía informal y adversa al sistema legal. Esto se debe a que los políticos nacionales no tienen las bases suficientes y se han convertido en un paraguas para que líderes con intereses económicos regionales puedan llegar al «centro del poder». Cuando se eliminó la reelección, los congresistas perdieron el incentivo para profesionalizarse políticamente hablando.
Pero, sobre todo, el país está viviendo un momento de tristeza generalizada porque no ve perspectivas de mejoras económicas y políticas a corto y a mediano plazo, a persar que el BCR ha conseguido estabilizar la inflación. Otra causa de tristeza es la descepción de muchos de los votantes de Pedro Catillo que confiaron, de buena fe, en la mejoras de sus condiciones de vida, especialmente el sur del país.
Quiero terminar este post señalando que estas son unas reflexiones muy preliminares que buscan contribuir a seguir pensando las cosas en este momento complicado del país.
Fuente: La Mula