El corresponsal en Perú, Dan Collyns, recordó las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, por las cuales el exdictador fue juzgado. “Mi corazón está con las familias de las víctimas de su régimen”, escribió.
Dan Collyns, corresponsal de The Guardian en Perú, opinó acerca de la liberación del exdictador Alberto Fujimori del penal de Barbadillo, a quien le recordó que no le había pedido disculpas a los familiares de las víctimas durante su régimen. El expresidente cumplía una condena de 25 años por homicidio calificado en los casos de Barrios Altos y La Cantuta, y secuestro agravado de Gustavo Gorriti y Samuel Dyer. El Tribunal Constitucional ordenó la excarcelación inmediata del exjefe de Estado, pese a que fue bloaqueda momentáneamente por un pronunciamiento de la Corte IDH, el máximo órgano constitucional lo desestimó y se acató la medida.
El periodista, quien lleva más de 15 años cubriendo al exmandatario y todo lo relacionado a la familia Fujimori como la excandidata presidencial, Keiko Fujimori, y su hermano Kenji alegó que, aunque entendía las “lágrimas de Kenji” que fueron captadas en una fotografía al lado de su padre, “mi corazón está con las familias de las víctimas de su régimen de una década muchos de los cuales he tenido el privilegio de conocer y ser testigo de su dignidad, su dolor y su incansable activismo”.
Collyns mencionó a la exministra de Cultura, Gisela Ortiz, de quien su hermano Luis Enrique Ortiz Perea fue asesinado por el Grupo Colina en la masacre de La Cantuta; o Norma Méndez, madre de la periodista del semanario Cambio, Melissa Alfaro, que perdió la vida a los 23 años cuando una carta bomba explotó en la misma redacción del periódico.
“Personas como la ejemplar Gisela Ortiz, ¿quién podría tener una hermana más devota? Norma Méndez, la madre de Melissa Alfaro, cuya joven vida quedó truncada en tan cobarde ataque con una carta bomba”, escribió en su cuenta X.
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La masacre de La Cantuta dejó como saldo 10 víctimas, entre esta un profesor.“Fue una guerra sucia y el Grupo Colina, el escuadrón de la muerte del ejército clandestino, hizo el trabajo sucio del régimen de Fujimori. Asesinaron y torturaron indiscriminadamente sin aparentemente ningún interés en si sus víctimas eran en realidad ‘terrucos’ subversivos, o no, y en su mayoría no los hubo”, agregó.
También recordó la masacre de Pativilca, una acción perpetrada por el Grupo Colina en 1992: “José Luis Agüero se llevó las manos al pecho, apenas podía respirar, mientras recordaba cómo escuchó los gritos de sus familiares varones resonando en la noche mientras eran atormentados con un soplete en la masacre de Pativilca. En la misma matanza, Carlos Rodríguez Esquivel quedó huérfano a la edad de seis años. Los vecinos encontraron el cadáver quemado de su padre y él recuerda las dolorosas ausencias de las vacaciones de Navidad sin un padre”.
Collyns rememoró la matanza de Barrios Altos —donde fue ultimado un niño—, también realizado por el escuadrón de la muerte que fue creado en octubre de 1991 en el primer gobierno de Alberto Fujimori, bajo la mirada de su entonces asesor Vladimir Montesinos, hoy preso en la Base Naval.
“Rosa Rojas Borda, a quien conocí en su quiosco en Magdalena del Mar, perdió a su esposo y a su hijo Javier, de 8 años, en la masacre de Barrios Altos de 1991. Hombres armados enmascarados los rociaron con balas durante una barbacoa de pollo para recaudar fondos para comprar una nueva tubería de alcantarillado. Ella pensó que los atacantes eran Sendero Luminoso, pero no, eran terroristas patrocinados por el Estado. Recuerdo su tristeza inefable al contarme cómo se aferraba al cuerpo sin vida de su niño. Una foto en colores descoloridos de Javier mira a través del rincón de cristal de su quiosco que vende bocadillos”, manifestó.
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La matanza de Barrios Altos, perpetrado por el Grupo Colina, dejó 15 muertos, entre ellos un niño. (Andina)El corresponsal mencionó que había cubierto en Perú tres elecciones presidenciales, con Keiko Fujimori como candidata, agregando que había “visto el negacionismo y el revisionismo histórico”.
Collyns tuvo presente “intento fallido de Pedro Pablo Kuczynski de escapar del impeachment en 2023″, cuando liberó por primera vez a Alberto Fujimori, aunque actualmente el exmandatario se encuentra bajo arresto domiciliario, “mientras que Fujimori está libre sin pedir disculpas a las familias de las víctimas ni pagar un centavo de 15 millones de dólares en reparaciones civiles gracias al Tribunal Constitucional y al gobierno de Dina Boluarte (y su vicepresidente) Alberto Otárola”.
