Usted convivió con Dina Boluarte cuando asumió como jefa de la PCM del gobierno de Pedro Castillo, de aquel primer contacto y su relación con ella, ¿cuánto siente que ha cambiado la ahora presidenta de la República? ¿Le parece la misma persona que conoció?
Sí, yo he trabajado con ella, de hecho no ha sido mucho tiempo que nos hemos conocido porque solo fue durante el periodo en el que yo fui primera ministra, casi 4 meses. En ese tiempo, yo no tuve ningún tipo de problema con ella, pero sí me da la impresión de que ella era una persona que intentaba estar al margen de decisiones importantes, siempre tenia un perfil bajo en el gobierno de Castillo. Aunque sí hablaba mucho con el presidente, tenía mucha cercanía y el presidente le tenía muchísima confianza. Se cuidaba mucho para proteger su cargo, siempre me dio esa impresión.
Yo creo que no está acostumbrada a ejercer un liderazgo directo y eso me preocupa porque detrás de ella hay gente que está tomando decisiones tan graves como las que hemos tenidos en los últimos días. Creo que tiene muchas presiones, sale a ratificarse en políticas que me da la impresión ella sabe que son incorrectas. Que es absolutamente contraria a lo que ella planteaba. Ella siempre se expresaba como una mujer de izquierda, yo la he escuchado decir muchas veces: tenemos que hacer un gobierno para el pueblo.
Al presidente Pedro Castillo también se le adjudicó poco liderazgo y ser muy influenciable. Es más, tras su renuncia a la PCM, usted fue de las primeras en hablar sobre los asesores en la sombra y cómo estos influenciaban en el entonces presidente, ¿Cree que estamos ante un caso parecido?
Sí, me da la impresión de que eso pasaría. Que hay un entorno alrededor de ella que la está afianzando, es lo que pasaba con el presidente Castillo. Personas influenciables como ellos, con un liderazgo bastante débil y propio suele cobijarse sobre las opiniones de aquellas personas a las que le tienen confianza. Entonces, a mí me da la impresión de que eso es lo que pasa. Yo nunca he conocido a una Dina con firmeza, tratando de marcar una pauta, tratando de liderar o que sea capaz de tomar decisiones tan infames como estas, seguir disparando a la población, hasta para eso se necesita un liderazgo autoritario y Dina no llegaba a expresar una cualidad asi, como propensión al autoritarismo. Eso me hace pensar que no son decisiones propias.
Ayer, lunes 23, un grupo de estudiosos de la política peruana —a través de un pronunciamiento—señaló que el gobierno de Boluarte vive una transición hacia el autoritarismo, desde la calle se denuncia una dictadura. A su entender, ¿frente a qué estamos?
Yo creo que ya no estamos ante un gobierno plenamente democrático y estamos caminando justamente hacia esa faceta tan peligrosa que es la dictadura. Se afianzan los autoritarismos y eso es peligroso. Vamos perdiendo garantías, sino veamos lo que ha pasado en San Marcos. Los abogados prácticamente hemos tenido que arriesgarnos para entrar a hacer ejercer defensa, la Defensoría no tenía acceso, los fiscales en una actitud bastante neutral, me da la impresión de que estamos en esa transición y que los autoritarismos se están afianzando en varios niveles.
El Ministerio Público investiga a la presidenta por el presunto delito de genocidio, expertos en derecho penal advierten que tras dejar el cargo podría ser procesada por homicidio calificado por omisión con penas de hasta 20 años. ¿Cuál cree que sería el futuro de Dina Boluarte tras dejar el cargo?
Todo lo que ha ocurrido es de tal magnitud que me parecería que por más que Dina Boluarte tenga protección del Congreso, así como de ciertos sectores dentro del país, creo que esto ya ha sobrepasado límites que no se han visto a nivel internacional. Por más que ella intentara un refugio, que le den un asilo político, me parece que esto ya ha sobrepasado tanto que no puede ser que esto no se juzgue en algún momento.
Esto da como para llevarlo a instancias supranacionales, acá en el Perú seguro ella quedará con alguna gente que son sus aliados y que intentarán blindarla hasta donde puedan, pero este es un hecho que ya no puede escapar de ser cotejada en la justicia internacional y sus estándares.
¿Quiénes más deberían asumir sus responsabilidades por lo ocurrido? Me refiero tal vez a integrantes del actual gabinete.
Por supuesto, correspondería a su primer ministro (Alberto Otárola) y a todo su gabinete en general. Ahora, yo creo que el foco y la principal responsabilidad se va a centrar sobre la presidencia. Es lo que pasó con Alberto Fujimori, los esfuerzo se concentran en obtener responsabilidad sobre el mandatario, pero eso no hace sus ministros estén exentos.
¿Tiene Pedro Castillo, como señala un sector de la derecha, responsabilidad directa en los fallecidos?
No, yo creo que sobre eso va a ser muy difícil que se pruebe porque este no es un movimiento que esté movido por Castillo. Bajo la lógica de que era un movimiento castillista, se botaron a todos los prefectos y subprefecto y no tuvo ningún efecto. Es más, la protesta creció. Y las demandas han dejado del lado la libertad de Castillo.
Sobre los fallecidos, la represión policial, el ingreso con tanques y 300 uniformados a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, ¿existe una salida posible en la que Dina Boluarte pueda mantenerse en el cargo o ha llegado a un punto de no retorno y solo le queda presentar su renuncia?
Es casi imposible que Dina Boluarte salga a pedir una tregua y diga borrón y cuenta nueva, y que la gente se vaya tranquila. La única salida y válvula de escape es que ella y sus ministros se vayan, además del Congreso.
Si no renuncia, ¿el Congreso podría vacarla? Contra Pedro Castillo se presentaron 3 mociones de vacancia.
Exactamente, ahora hay una responsabilidad directa del Congreso. Ellos fácilmente podrían vacarla por todos estos hechos, si por cosas mucho menores se presentaban vacancias. Si el Congreso fuese un Congreso responsable, tendría que proceder a la vacancia. Ya no es cualquier cosa. Bajo los estándares que está manejando el Congreso, estamos antes una incapacidad moral para gobernar.
Vemos mensajes de felicitaciones a la labor de la Policía Nacional, incluso se llegar a calificar de impecable dicha estrategia, ¿estos mensajes ayudan? También un grupo de parlamentarios de Fuerza Popular compartieron mensajes por redes sociales donde señalaban que extrañaban a Alberto Fujimori el último jueves 19, el día de la protesta más fuerte en Lima.
Me parecen mensajes instigadores de la violencia porque cualquier persona que tenga dos dedos de frente en este país se da cuenta que este manejo de una crisis ha sido totalmente errático y terrible en términos de violación de derechos humanos. La desproporción de cada acción ha sido fácilmente verificable.
Finalmente, ¿este descontento en las calles? ¿Estas heridas abiertas por los fallecidos podrían trasladarse a las urnas en las próximas elecciones? ¿Cree que candidatos como Antauro Humala podrían capitalizar este descontento?
Podría ser, pero yo creo que hay otros factores que impedirán que todo este descontento, toda esta situación tan sentida como un ataque hacia la población, todo, se refleje difícilmente en las urnas. Ojo que nos vamos a unas elecciones en el 2024 que están con las mismas reglas de juego, que no nos permiten salir del marco actual y que no nos dan opciones de salir de este marco en el que nos encontramos. Quizá la gente quiera expresar su descontento, pero quizá no tenga como expresarlo más allá de elegir entre quienes siempre están.