—¿Qué tanto afectó al turismo las últimas paralizaciones, bloqueos y cierres de vías en el país?
—Salir de una pandemia de casi tres años nos ha costado, pandemia que las empresas turísticas han soportado estoicamente porque se entendió que era una crisis sanitaria mundial. Todos nos hemos apretado los cinturones y hemos empezado un proceso de recuperación, pero esta crisis política lo posterga todo debido a las legítimas protestas del descontento popular. Esto ocasionó que se bloqueen las carreteras desde diciembre, en el verano, cuando es nuestra temporada fuerte en Paracas. Por ello, para Año Nuevo, más del 50% de las reservas se anularon y en estos dos meses de verano, ocho semanas, nos va complicado.
—¿Significa que las reservas se están cancelando no solo para Paracas sino también para otros destinos del país?
—Entre Lima y Paracas, desde diciembre y enero, no hubo ninguna interrupción del tráfico: está libre el tránsito. Las interrupciones en la Panamericana Sur fueron en Ica, en el kilómetro 300, y Paracas está en el kilómetro 230, pero el ambiente generó zozobra, desconfianza. Lógicamente, no se ve el flujo de los veranos de otras épocas.
—Más allá de Paracas, ¿cuáles son las cifras que mueve el turismo en el país?
—En el verano de Paracas, llegaron en otros años hasta 60.000 personas. Este año nuevo no llegaron ni a 15.000 . Esto es un indicador de que estamos en un 25% de la temporada normal en Paracas, en pleno verano. Entonces no hemos empezado el proceso de recuperación.
—Hay una noticia en la que se señala que en el Cusco se habría perdido el 70% de los empleos en el sector turístico, en los hoteles y restaurantes…
—Cada región del país tiene sus estaciones de temporada alta y baja. Verano es playa, y hemos empezado diciembre y enero con problemas. Las ocho semanas que nos quedan las vemos un poco inciertas y no nos va dar plazo para iniciar un proceso de recuperación hotelera después de tres años de pandemia. Creemos que, de seguir así las cosas en este año, los hoteles y restaurantes, van a empezar a venderse porque esta crisis está descapitalizando a los empresarios y prácticamente son tres años y ya no da para más. Creemos que este es un tema político que no lo ha considerado el Gobierno, que lo debió resolver muy fácilmente. Mire las enormes pérdidas que hay, por un capricho político. Los políticos tienen que sintonizar con el país. Ellos, por ganarse 40.000 soles mensuales, están arruinando en el país con miles de millones de dólares.
—En el sur peruano, la gente salió a protestar por un efectivo adelanto de elecciones, pero el Congreso aprobó que las elecciones sean en abril del 2024. ¿Es un error político alargar la gestión del Gobierno y del Congreso por algo más de año y medio, ganando jugosas cantidades de dinero?
—Claro. Para 60 o 70 congresistas, unos malos peruanos, que tienen la mayoría del Congreso por el capricho de entornillarse en el poder, que todo el mundo lo desaprueba. Por ese capricho de estar cuatro meses más en el Congreso le ha significado más de 1.000 millones de dólares de pérdidas para el sector hotelero. Pérdidas de trabajo y, sobre todo, lo que nunca se va poder reparar es la pérdida de cerca de 50 vidas que, en su legítimo derecho constitucional de hacer protesta, por estar en desacuerdo, han sido víctimas de las balas asesinas de presuntos policías.
—A usted le van a decir “terruco”, le van a decir “caviar”.
—Me importa un pepino lo que me digan. Lo importante es que tenemos que ser sensatos. En política, la voz del pueblo es la voz de Dios.
—¿Cuál cree debe ser la salida a esta crisis, cuando los pueblos del Sur demandan la salida de la presidenta Dina Boluarte, y un cambio efectivo del Congreso, es decir, la exigencia es que se vayan todos?
—Eso es lo más justo. Pienso que ha faltado sensatez, ha faltado un sentido patriótico. Ellos, incluso, aceptaron el adelanto de elecciones. Ellos lo entienden, pero quieren ganar un poco más de tiempo para ver si se calman las aguas y prolongarse hasta el 2026. Es decir, no hay la voluntad política y el pueblo lo ha entendido así, porque el pueblo es sabio. Hay un menosprecio a las regiones y se ha podido notar la concentración de la prensa a favor, no del pueblo, sino a favor de intereses fácticos. Y saludo aquí a La República en su fundador, Gustavo Mohme Llona, que conocí en vida y a quien admiro por ser un empresario que se identificó con las causas justas del pueblo.
—En La República hacemos un periodismo plural. Nos interesa darle voz a quienes no tienen voz. Le damos voz a los empresarios, al presidente de Confiep, de la Cámara de Comercio de Lima, de la Sociedad Nacional de Industrias, también a los líderes del sector Turismo, pero también a los dirigentes gremiales, de los sindicatos, del agro, los dirigentes comunales, porque justamente es la voz del pueblo. Muchas gracias, señor Jaúregui, por recordar la memoria de Gustavo Mohme Llona, director fundador de La República, que justamente apostó en nosotros ejercer un periodismo plural.
—De otro lado, se señala que la fiesta de la virgen de la Candelaria genera un movimiento comercial y económico de más de S/111 millones en Puno, que podría truncarse. ¿Podría estar en riesgo esta fiesta, como otras en el país?
—Eso va significar una catástrofe para la economía de los pueblos donde se organiza estas festividades que son una costumbre, una tradición. Y debemos darle pronta solución a la crisis. Y una de ellas es, definitivamente, que la presidenta, si es que el Congreso insiste en quedarse y no tener iniciativas legislativas, debe renunciar al cargo para que se dé lo que sucedió con Francisco Sagasti o con el proceso constitucional que se dio con el presidente Valentín Paniagua. Es la única fórmula que va a calmar las aguas, y esperar de buena fe un proceso limpio. Pero este Congreso pretende descabezar a los órganos electorales para poner a sus títeres. Y esto va a significar una hecatombe, porque, al poner a sus títeres dentro de los órganos electorales, vamos a tener unas elecciones amañadas. Y esto va a ser una hecatombe y va a ser peor de lo que estamos viendo en estos momentos en el país. Esto es una crónica de una muerte anunciada, de una explosión social, y allí no hay nadie que lo solucione.
—Luego que las personas tuvieron acceso a su CTS a parte de su AFP, han viajado, buscaron volver a vivir tras el encierro de la pandemia. ¿Pero no cree que el sector turístico se aprovechó elevando los precios de sus servicios?
—Los precios fluctúan entre la oferta y la demanda. Si no hay demanda es ilógico subir los precios. Los precios se suben cuando hay alta demanda como en Año Nuevo, Semana Santa. Pero en Año Nuevo hemos estado al 25% de su frecuencia normal, entonces hemos estado en temporada baja y los precios no han subido.
—¿Qué hacer para destrabar las recomendaciones de países como Estados Unidos y de otros de Europa, que le dicen a sus ciudadanos que no viajen al Perú?
—De eso hay que felicitar de manera trágica a los congresistas que, bajo su criterio de perennizarse, entornillarse en los sillones del Congreso, hizo que los países de Europa y el mundo recomienden no venir al Perú. Es un marketing atroz en contra del país, y eso es mérito de los congresistas.
—¿Por qué es responsabilidad del Congreso?
—Porque si hubieran sido sensatos y hubiesen convocado a elecciones en el 2023, nada de esto hubiera pasado. El pueblo exige y con sus protestas lo ha estado señalando. Está haciendo que su voz sea un eco, pidiendo elecciones 2023, y no le hacen caso. Y, por el contrario, en un acto vergonzoso el Congreso, le dio el voto de confianza a un gabinete manchado de sangre. Es lamentable como peruano, que amo a mi patria, es doloroso. Estamos pasando por un momento de vergüenza, de pena, de dolor, porque los ciudadanos están siendo acribillados y es gente indefensa. Estamos convencidos que a aquellos que se han excedido los hubieran metido presos. Pero no asesinarlos. Esto es una dictadura, esto es atroz, esto es condenable. Definitivamente, la muerte de ningún peruano no puede ser justificable.
—El Gobierno planteó devolver el IGV a los viajeros extranjeros para impulsar el turismo. ¿Esto es suficiente, y en todo caso qué incentivos requiere el sector turismo para hacer frente a la actual situación y repotenciar sus actividades?
—Esa norma de devolver el IGV ya existe. En primer lugar, ya no hay turistas extranjeros en el Perú. En el año 2019 llegaron 4 millones 400.000 turistas. El año pasado había 1 millón 900.000 turistas, este año, en el 2023, por estas acciones que están sucediendo por el tema político, creo que no vamos a llegar a los 2 millones de turistas. Es otro año perdido. Sobre la pregunta, los turistas nunca pagaron IGV porque se les exonera en su factura con su pasaporte y su ingreso que le hace Migraciones.
—¿Es una norma que está en el aire?
—Es una redundancia ilógica porque los turistas no pagan IGV en el Perú. Así que es absurdo lo que están planteando. Lo que deben hacer frente es a este error de querer quedarse cuatro meses más en el poder que está ocasionando que las empresas turísticas entren en un proceso de insolvencia y de descapitalización, porque los empresarios están pasando una situación penosa y lamentable.
— Y en ese sentido, ¿qué hacer con Reactiva, porque son créditos entregados a tasas muy bajísimas, de entre 1% y 1,5% y a largo plazo de pago. ¿Las empresas tienen capacidad para cumplir con sus pagos?
—Hay empresarios que se dedican solo al rubro turístico. Ellos lo están pasando muy mal. Lo que nos enseñó la pandemia es que los emprendedores, hoy en día, tenemos que diversificar y no poner todos los huevos en una sola canasta. Hay empresarios turísticos que están diversificados y pueden aguantar, pero los que están en un solo lugar están pasando momentos atroces, están vendiendo sus camionetas, sus buses, sus propiedades. Estamos asistiendo a un proceso de descapitalización e, incluso, de despido masivo de trabajadores. Frente a esta situación originada por un Poder Ejecutivo y un Congreso abusivo, están quebrando las empresas turísticas. Entonces, se tienen que dar medidas adecuadas. Los turistas extranjeros están exonerados y dan una ley para exonerarlos del IGV. Realmente no los entiendo. Ellos criticaban mucho de que Pedro Castillo era un analfabeto, pero con esta medida están demostrando que ellos son más analfabetos que Castillo.
—¿Cuáles son sus recomendaciones a la presidenta Dina Boluarte y a los congresistas?
—La presidenta Dina Boluarte, de repente es una buena mujer; está manejada por Otárola y su hermano Boluarte. No sé qué oscuros intereses persiguen y quieren quedarse un año más y creen que se han sacado la Tinka, y por eso están actuando de esta manera. Para que no haya más sangre de ningún peruano, lo que Dina Boluarte debe hacer es renunciar y seguirse la sucesión constitucional como fue con Valentín Paniagua y Francisco Sagasti; es decir, elegir una nueva mesa directiva del Congreso, y el que sea presidente asuma la presidencia del país y el segundo dirija el Congreso y se dé celeridad en las nuevas elecciones, este mismo año. Lo que el Perú quiere es cambio y que el próximo Congreso haga las reformas.