Un tanque ruso dispara contras los objetivos durante una maniobra militar.
La Defensa rusa confirma la ejecución de un ataque a un aeródromo y la destrucción de almacenes de combustible en la provincia de Dnepropetrovsk, este de Ucrania.
Mediante un mensaje publicado este lunes en su canal de Telegram, el Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado que sus fuerzas destruyeron almacenes de combustibles y medios de ataque aéreo ucranianos en el aeródromo Dolguíntsevo, en la provincia de Dnepropetrovsk, ubicada en el este de Ucrania.
De acuerdo a la aludida Cartera, el Ejército ruso interceptó dos proyectiles del sistema de lanzamiento múltiple estadounidense HIMARS y dos misiles operacionales-tácticos de las Fuerzas Armadas ucranianas,
También, las fuerzas rusas lograron derribar 45 aviones no tripulados (drones), destruyeron dos sistemas de artillería M777 y un obús autopropulsado M109 Paladin, ambos de fabricación estadounidense, así como una estación de radar de contrabatería AN/TPQ-48 de EE.UU. y decenas de otros vehículos blindados.
Durante las últimas 24 horas, tal como prosigue el texto, el avance de las Fuerzas Armadas rusas en dirección a Donetsk (este) ha dejado unos 180 militares muertos y heridos ucranianos.
Ucrania comenzó su tan esperada contraofensiva a principios de junio, pero hasta ahora solo ha logrado pequeños avances contra las bien atrincheradas fuerzas rusas que controlan más de una sexta parte de su territorio.
El 24 de febrero de 2022, Rusia inició su operación militar en el territorio ucraniano con el objetivo de “desmilitarizar” y “desnazificar” el país eslavo, dado que las potencias occidentales lo están usando para invadir el territorio ruso.
Las autoridades rusas defienden que emprendieron su operación, en reacción a la conducta agresiva de Ucrania en la región de Donbás, donde Kiev mantenía a la población rusa o de ascendencia rusa al borde del genocidio.