De modo que le pedimos a tres expertas —dos inmunólogas y una epidemióloga— que se pronuncien, basándose en su pericia y su opinión, sobre algunas de los cientos de preguntas de los lectores que hemos recopilado en las últimas semanas. Lo siguiente es una selección de esas preguntas, con sus respuestas. Han sido ligeramente editadas por razones de claridad y extensión.
Las expertas
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Akiko Iwasaki, inmunóloga de la Escuela de Medicina de Yale. Estudia las vacunas contra la COVID-19 y la inmunidad.
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Jennifer Nuzzo, epidemióloga y directora del Centro de Pandemias de la Facultad de Salud Pública de la Universidad Brown.
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Marion Pepper, inmunóloga de la Universidad de Washington, donde estudia la memoria inmunológica.
“Es muy importante mantenerse al día con las vacunas y las dosis de refuerzo”
Me da la impresión de que ahora la COVID-19 es como nuestras cepas de gripe anuales. ¿Habrá algún nuevo tipo de vacuna este otoño o este invierno que ayude con las futuras variantes? —Gerry Moss, Naples, Florida.
Akiko Iwasaki: Aunque la COVID-19 parezca ahora como la gripe estacional, los datos muestran que sigue causando más hospitalizaciones y muertes que la gripe. Por eso es muy importante mantenernos al día con las vacunas y las dosis de refuerzo. Probablemente habrá una dosis de refuerzo para la ómicron, para ayudar a la protección frente a la actual variante. Yo misma y otras personas estamos trabajando en dosis de refuerzo por administración nasal y vacunas universales contra el coronavirus diseñadas para reducir el contagio y la propagación de las variantes futuras. No habrá vacunas nasales para este invierno, pero con financiación pública y coordinación sí podría haberlas en un par de años.
“La vacuna para la ómicron contendrá nuevos objetivos para el sistema inmune”
Tengo 64 años, gozo de buena salud, no he tenido COVID-19 y se acerca una boda familiar, así que me adelanté y me puse una segunda dosis de refuerzo en julio. Ahora temo que, si llega la vacuna para la ómicron en otoño, no pueda acceder a ella. ¿Fue un error? —Mary Murphy, Kansas City, Misuri.
Marion Pepper: Ponerse una dosis de refuerzo en julio antes de una gran boda familiar fue una buena idea, y en absoluto un error, ni siquiera ante la probable llegada de las vacunas para la ómicron este otoño. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que las personas de 18 años o más sin inmunodeficiencias dejen transcurrir al menos 5 meses desde sus primeras dosis de Pfizer o Moderna, y que las personas mayores de 50 años esperen un mínimo de 4 meses desde la primera dosis de refuerzo para ponerse la siguiente. Se aconseja dejar esos intervalos por varias razones, entre ellas que la inmunidad decae con el tiempo, por lo que no es necesario vacunarse con más frecuencia con la misma vacuna, y porque la respuesta inmune también evoluciona con el tiempo, y ponerse una vacuna adicional en un periodo más corto podría afectar a la respuesta inmune y reducir la protección.
No obstante, la vacuna para la ómicron contendrá nuevos objetivos para el sistema inmune, de modo que quizá estas preocupaciones pesen menos que la protección añadida, más amplia, que introduce la nueva vacuna. Y lo que es más importante: si una vacuna para la ómicron provee una mayor protección contra sus variantes debido a los nuevos objetivos de la vacuna, podría ser lo principal que tener en cuenta.
“Contagiarse no es inevitable, pero al final se trata de encontrar un equilibrio”
No me acerco a la gente y soy muy precavida, incluso en espacios abiertos. Otra persona amiga mía que es igual de precavida, quizá más que yo, acaba de enfermar. ¿Acaso es inevitable? —Carol Kushner, Fire Island, Nueva York.
Nuzzo: Es importante ser conscientes de que el virus no va a desaparecer, y que seguirá siendo un riesgo en el corto plazo. Contagiarse no es inevitable, pero al final se trata básicamente de encontrar un equilibrio: ¿a cuánto quieres renunciar para reducir tu riesgo de contagio, y durante cuánto tiempo? Todos respondemos de forma distinta a esas preguntas, y decidiremos asumir riesgos basándonos en el valor que le demos a ciertas actividades. Sabemos que las herramientas como las mascarillas y las pruebas nos ayudan a reducir el riesgo, y las actividades sociales en el exterior son más seguras. Pero también sabemos que muchas personas precavidas se han contagiado de todos modos. Esto indica que será difícil esquivar eternamente el virus, a menos que sigamos evitando las reuniones en espacios cerrados, los actos sociales y otras actividades que enriquecen nuestras vidas. Mi consejo para cualquiera que quiera reducir su riesgo de contagio es que utilice la mascarilla cuando vaya a un espacio cerrado con mucha gente, sobre todo cuando los casos vayan en aumento. Pero no recomiendo privarse de algunos acontecimientos importantes de la vida, o no ver a los amigos y la familia, ya que no parece una manera sostenible o feliz de vivir.
“Una prueba rápida ha sido siempre una foto en el tiempo”
¿Son fiables las pruebas que se hacen en casa para la BA.5? —Gayle DeRose, Victor, Nueva York.
Nuzzo: Sí, las pruebas en casa siguen siendo fiables para detectar si hay una infección contagiosa. Con la aparición de ómicron, se supo de pacientes que habían desarrollado los síntomas antes de que dieran positivo en las pruebas rápidas. Esto se debe probablemente a que nuestro sistema inmune puede reaccionar al virus y provocar los síntomas antes de que el virus crezca a los niveles suficientes para que los detecten las pruebas rápidas. Una prueba rápida ha sido siempre una foto en el tiempo. Si la prueba sale negativa, no significa que no estés contagiado. Podrías dar positivo después si tienes síntomas o has estado en contacto con alguien que tenía COVID-19. Como mejor funcionan las pruebas rápidas es repitiéndolas.
“La vacunación adicional ayudará a proteger a tu hijo de 4 años”
Mi hijo de 4 años contrajo la COVID-19 por primera vez esta semana, al igual que el resto de nuestra familia. Él es el único que no estaba vacunado, y el que tuvo los peores síntomas, pero fue bastante parecido a otras enfermedades infantiles. ¿De verdad le ayudaría mucho una vacuna ahora? —Morgan Morris, Kansas City, Kansas.
Pepper: Los estudios de nuestro laboratorio y otros han demostrado que, aunque un contagio previo te proporciona cierta protección inmune, ponerse la vacuna adicional la mejora considerablemente y crea una protección inmunitaria aún mayor. De modo que sí: la vacunación adicional ayudará a proteger a tu hijo de 4 años, al aumentar esa protección y prolongar potencialmente su protección inmune.
Nuzzo: Varios estudios han probado que la inmunidad híbrida (vacuna más contagio) puede ser más protectora que solo el contagio. De modo que es probable que la vacuna sea una protección añadida, como ha dicho Marion. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda que transcurran tres meses entre el contagio y la vacunación (contando desde la fecha en que empezaron los síntomas, o el día en que la prueba salió positiva, si no tenía síntomas). Con esos plazos, tu hijo de 4 años empezaría los meses de invierno y las fiestas con cierta protección adicional, lo cual es una ventaja, ya que solemos ver un gran aumento de los casos en esa época del año.
“Es probable que el riesgo de una covid persistente se reduzca con cada nuevo contacto”
Si te has puesto la vacuna y la dosis de refuerzo, y aun así has contraído la COVID-19, ¿es igual de probable que tengas una covid persistente que alguien que no se ha vacunado? ¿O las vacunas también ayudan a reducir la probabilidad de que la enfermedad se alargue? Si hay una ventaja, ¿qué tan grande es? —Mark Hurwich, Chicago.
Iwasaki: Los efectos reportados de la vacuna sobre la prevención de una covid persistente varían según los estudios. Algunos dicen que las vacunas reducen a la mitad la probabilidad de una covid persistente, mientras que en otros se ha descubierto una reducción de alrededor del 15 por ciento. Es muy probable que las vacunas ayuden a reducir el riesgo de covid persistente, y que las dosis de refuerzo ayuden más todavía.
Pepper: También hay algunos estudios preliminares interesantes con modelos animales que apuntan a que el tratamiento con medicamentos antivirales puede ayudar a prevenir ciertos síntomas clínicos asociados a la covid persistente, así que será importante ver si esto ocurre también con los humanos tratados con medicamentos antivirales.
Si nos vamos a encontrar con el virus 10 o 15 veces en los próximos 5 años, ¿aumenta el riesgo de covid persistente con cada contacto? Es imposible saber qué hacer con nuestros hijos. —Carmen McAlister, South Lyon, Míchigan.
Iwasaki: Teniendo en cuenta que las respuestas inmunitarias se fortalecen con cada contacto con el virus, es probable que el riesgo de una covid persistente se reduzca con cada nuevo contacto. Sin embargo, en ciertas poblaciones, el riesgo podría ser acumulativo. Naturalmente, no es posible saber con certeza qué pasará en los próximos 5 años, pero la mayor parte de lo que sí sabemos apunta a que las consecuencias serán más leves tras múltiples contactos.
Nuzzo: Hasta ahora, los estudios más rigurosos muestran que los riesgos de covid persistente entre los niños parecen bajos, y que es mucho menos frecuente que entre los adultos contagiados. Esto, junto con lo que ha explicado la doctora Iwasaki sobre por qué, en general, podemos esperar que el riesgo de covid persistente disminuya con los sucesivos contactos y vacunas, puede darnos algún consuelo. Pero aquí hay algo de incertidumbre, y cada persona la afrontará de distinta manera.
En lo que respecta a mis hijos, no me preocupa tanto la covid persistente, sobre todo ahora que están completamente vacunados. Me preocupa más ser demasiado restrictiva con su infancia. Ya están perdiéndose mucha parte de la socialización, y ahora que ha pasado la amenaza más grave, hemos reanudado la mayoría de nuestras actividades normales. Me parece que es importante para su crecimiento y su desarrollo.
“La COVID-19 ha fortalecido la preparación del mundo en aspectos importante”
¿Hasta qué punto estamos ahora mejor preparados para otra nueva pandemia? —Helen Kara, Uttoxeter, Inglaterra.
Nuzzo: La COVID-19 ha fortalecido la preparación del mundo en aspectos importantes. Hemos visto que, con la suficiente voluntad política y determinación científica, podemos desarrollar varias vacunas seguras y eficaces, pruebas rápidas que se pueden utilizar en la intimidad y comodidad de nuestro hogar y nuevos medicamentos para tratar las infecciones. El camino tomado para desarrollar estas herramientas tiene el potencial de ayudar a mitigar el sufrimiento humano por otras enfermedades graves, incluidas las futuras amenazas pandémicas.
Sin embargo, al observar cómo se continúa respondiendo a la COVID-19, y ahora a la viruela del mono, sigo viendo grietas preocupantes en la preparación de cara a futuras pandemias. La mayor, en Estados Unidos, es que no estamos dotando de fondos y personal nuestros departamentos de salud pública para que puedan hacer frente a las emergencias por enfermedades infecciosas como el continuo peligro que son. En vez de dejar que la financiación para emergencias expire cuando deja de prestarse atención política a un suceso, tenemos que equipar de forma permanente todos los departamentos de salud con el suficiente personal y sistemas de datos modernos para responder con eficacia a las emergencias por enfermedades infecciosas, incluida la posibilidad de múltiples emergencias a la vez.
Pepper: Me da la impresión de que, en general, se entiende y valora más la biología del contagio y la respuesta inmunitaria. Mi esperanza es que el aumento de la concienciación sobre estos temas, y que los investigadores biomédicos hayan trabajado ininterrumpidamente, en segundo plano, para crear nuevas tecnologías de vacunas y medicamentos, hagan que mejore la financiación. Con fondos adicionales se podría acelerar el desarrollo de medicamentos y vacunas y asegurar que tengamos las herramientas listas para responder a la siguiente pandemia cuando surja. Voluntad parece que hay, pero veremos si eso se traduce en una mejor financiación y preparación.
“Llegaremos a un punto en el que pasaremos página y el virus dejará de ser una preocupación cotidiana en nuestras vidas”
¿Acabará la pandemia? Si es que sí, ¿cuánto queda para eso? —Gary McCormick, Searcy, Arizona.
Nuzzo: No existe un estado definido que constituya el “fin” de una pandemia. El virus que provocó nuestra última pandemia, el virus de la gripe H1N1 de 2009, sigue haciendo enfermar a la gente cada año como virus de la gripe estacional. Pero no hablamos mucho de ese virus porque ya no nos trastoca la vida como antes.
Al igual que el virus H1N1, es evidente que el virus que provoca la COVID-19 no va a desaparecer. Pero no sabemos cómo se comportará en el futuro, y sobre todo mientras siga evolucionando. Creo que llegaremos a un punto en el que pasaremos página y el virus dejará de ser una preocupación cotidiana en nuestras vidas. En mi opinión, eso ocurre cuando ya no nos preocupamos por que los hospitales se vayan a saturar por una oleada de pacientes.
Las vacunas y los tratamientos nos ayudan a llegar ahí disminuyendo la capacidad del virus para enfermar de gravedad a las personas o matarlas. Pero no somos suficientes los que nos estamos beneficiando de la protección que brindan estas herramientas. Alrededor de la mitad de la población de 18 años o más ha recibido una dosis de refuerzo. Conseguir que la gente se mantenga al día con las vacunas y asegurar que las personas que corren un mayor riesgo de enfermedad grave puedan acceder a los tratamientos en caso de que se contagien es fundamental para acabar con la capacidad de la COVID-19 de alterar nuestras vidas, que es, a mi juicio, lo que define a una pandemia.