La pleura está formada por 2 capas, una que recubre al pulmón, denominada pleura visceral, y otra que recubre por dentro la cavidad torácica, denominada pleura parietal. Entre ellas queda un espacio minúsculo denominado cavidad pleural, que contiene una mínima cantidad de líquido, no apreciable con ninguna prueba. Una pleuritis es una inflamación de la pleura, frecuentemente (aunque no siempre) asociada con la presencia de un derrame pleural.
¿Cuáles son las causas de la pleuritis?
Las causas más habituales de pleuritis son:
- Infecciones, fundamentalmente por virus (pleuritis víricas); son la causa más frecuente de pleuritis. A veces la pleuritis es consecuencia de una irritación de la pleura por infecciones procedentes del pulmón, como por ejemplo una neumonía. La tuberculosis es otra causa frecuente de pleuritis infecciosa en nuestro país.
- Algunas enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide o algunas enfermedades de causa no aclarada como la fiebre mediterránea familiar, son causas poco frecuentes de pleuritis, generalmente asociadas a inflamación de otras zonas serosas (serositis) como el pericardio (pericarditis) y el peritoneo (peritonitis).
- Otras enfermedades que pueden producir irritación e inflamación pleural son algunos cánceres, las metástasis pleurales o el tromboembolismo pulmonar, generalmente con derrame pleural asociado.
¿Qué síntomas produce la enfermedad?
La pleuritis se caracteriza por un dolor en el costado que, típicamente, aumenta con la tos, los estornudos o la respiración profunda. Suele acompañarse de otros síntomas o signos asociados con la enfermedad responsable, como fiebre, tos, etc. Puede acompañarse de dificultad respiratoria si se asocia a un derrame pleural importante o si es consecuencia de alguna enfermedad pulmonar.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de pleuritis se sospecha por la presencia de un dolor de costado que aumenta al respirar profundamente, al toser o al estornudar (dolor de tipo pleurítico) y por la auscultación pulmonar. Para su confirmación se requieren pruebas adicionales como una radiografía de tórax y otras pruebas de imagen.
Las pleuritis víricas no suelen acompañarse de alteraciones en la radiografía, tratándose de un diagnóstico clínico al asociarse a fiebre, tos y un cuadro catarral.
El tromboembolismo pulmonar no se detecta con una radiografía y requiere realizar pruebas adicionales como un TAC del tórax.
Si existe un derrame pleural asociado y las causas de la pleuritis siguen sin estar aclaradas, se debe realizar una toracocentesis, es decir, pinchar entre dos costillas con una aguja y extraer líquido del derrame (líquido pleural) para mandarlo a analizar. Cuando a pesar de todas estas pruebas no se llega a ningún diagnóstico, puede ser necesario realizar una biopsia pleural a ciegas o dirigida mediante una toracoscopia.
¿Puede prevenirse la pleuritis?
Las pleuritis no pueden prevenirse.
¿Cuál es su pronóstico?
Depende de su causa. Las pleuritis víricas se curan por sí solas en unos días.
¿Cuál es el tratamiento de la pleuritis?
El tratamiento de una pleuritis es el tratamiento de la enfermedad responsable. En las pleuritis víricas y en el resto de enfermedades se pueden tomar anti-inflamatorios y analgésicos para reducir la inflamación y disminuir el dolor.