“El bloqueo [económico de EE.UU. a Cuba] mata, y el bloqueo durante la pandemia de la COVID-19 es no solo un crimen, ilegal, inmoral, extraterritorial, y una violación gruesa del derecho internacional, sino refuerza su carácter genocida”, ha declarado este domingo Bruno Rodríguez a un grupo de periodistas que cubría en La Habana una marcha contra la política hostil de Washington.
Centenares de carros, bicicletas y motos han tomado parte de una caravana en la capital cubana, sumándose a otras similares en decenas países, incluido EE.UU. “Estamos aquí todos en más de cincuenta ciudades del mundo diciendo no más bloqueo”, ha dicho el ministro de Asuntos Exteriores.
Emigrados y grupos de solidaridad han convocado las caravanas en distintos países para protestar contra las sanciones de Washington contra La Habana y demandar al presidente estadounidense, Joe Biden, que modifique cambios en la política hostil hacia la isla.
En Cuba, los manifestantes montados en sus vehículos y portando carteles con lemas contra las sanciones estadounidenses y banderas cubanas han transitado por el malecón habanero tocando bocinas, al tiempo que pasaban por delante de la embajada de Estados Unidos que queda en esa avenida frente al mar.
Durante el mandato de la Administración del expresidente estadounidense Donald Trump, Washington retomó las sistemáticas sanciones y presiones contra La Habana, acabando con el acercamiento que propició su antecesor Barack Obama (2009-2017).
Por su parte, el Gobierno cubano denuncia constantemente que el bloqueo económico, financiero y comercial de EE.UU. obstaculiza el acceso a los insumos médicos y equipos necesarios para combatir el nuevo coronavirus.
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Los daños acumulados en seis décadas de férreas medidas estadounidenses contra la isla, ascienden a 144 413 millones de dólares, conforme a datos oficiales del Gobierno de Cuba.