El cáncer de colon y recto es uno de los más frecuentes. Concretamente, es el tercero en frecuencia en hombres, tras los de próstata y pulmón y el segundo en mujeres, tras el de mama. Se trata de un tipo de tumor que surge en el intestino grueso. La clave para lograr unos altos índices de curación es la prevención. Si se detecta a tiempo la existencia de un pólipo, se puede extirpar evitando la aparición del cáncer.
Cada año se diagnostican en España aproximadamente más de 28.000 nuevos casos. En la mayor parte de los casos el diagnóstico se obtiene en pacientes mayores de 60 años, excepto cuando hay antecedentes hereditarios, En este caso, la enfermedad frecuentemente aparece antes de los 50 años. Respecto al género, se da tanto en hombres como en mujeres, aunque se registra un porcentaje un poco más alto en la población masculina.
La prevención es fundamental. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), lograr un diagnóstico precoz significa curar al 90% de los pacientes de cáncer de colon. Para que la prevención funcione, el método más adecuado es la colonoscopia. Aunque se trata de una prueba invasiva, no suele causar complicaciones.
Hay otras alternativas menos usadas, pero útiles en algunos casos. Por ejemplo, la prueba de guayacol en heces se ha utilizado de forma habitual como test previo a la colonoscopia porque detecta la presencia de sangre en las heces. Actualmente está siendo sustituida por una prueba inmunoquímica fecal.
También se puede hacer un análisis de ADN en heces para detectar la enfermedad. Al margen de las pruebas efectuadas con deposiciones, también se usa el análisis de septina 9 en sangre, una prueba muy específica. Lo que es evidente es que el desarrollo de nuevos métodos analíticos de diagnosis carece de utilidad si no se consigue atraer a las personas. Es necesario potenciar las campañas de concienciación para que la población entienda que prevenir tiene una importancia extrema para superar todo tipo de enfermedades.
